La luz se elevó repentinamente hacia el cielo y luego desapareció, dejando un denso halo de humo lechoso, mientras que otros testigos sólo describieron una gran bola de luz velada como por la niebla. En las redes sociales abundaron los testimonios de asombro y bastantes fotos y videos del fenómeno. Algunos de ellos incluso hablaban de ovnis.
La explicación oficial llegó poco más de una hora después, con un mensaje en X del ministro francés de las Fuerzas Armadas, inmediatamente recogido por todas las redes sociales. Se trataba del lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental M51.3 desde el polígono de Biscarrosse, en la costa atlántica. Tras seguir la trayectoria prevista, el misil volvió a caer en las aguas del océano, a unos cientos de kilómetros de cualquier costa. El fenómeno luminoso más espectacular se produjo por el desprendimiento de la etapa final del cohete, y la ionización del combustible residual generó la nube en expansión.
En España, una gran bola de fuego cruzó el cielo del País Vasco. Quienes se encontraban en los pueblos a orillas del mar pudieron ver una intensa luz que salía del mar y acabó explotando dejando tras de sí una gran estela de humo luminiscente. Un periódico online relacionó el suceso con la lluvia de meteoros Leónidas, entonces en su apogeo, para corregirse después al enterarse del lanzamiento del misil frente a sus costas. También se informó desde diferentes puntos de la Costa Brava, en el mediterráneo español, de una misteriosa nube o algún tipo de resplandor que permaneció visible durante unos minutos en el cielo nocturno. Al igual que en Francia, el fenómeno fue ampliamente documentado con fotografías y vídeos. Un usuario del foro de mediavida.com incluso publicó un post titulado “Francia lanza un misil con material radiactivo al norte de España”, afirmando que se trataba de un misil lanzado hacia la costa española sin previo aviso. Por supuesto, no era radiactivo, no había entrado en territorio español y, efectivamente, las autoridades habían sido informadas. En resumen, sólo desinformación.
Misil
También en Portugal, a última hora de la tarde, surgieron en las redes sociales imágenes de algo que parecía haber explotado en el cielo, captadas por numerosos testigos. Según informado, la luz permaneció unos cinco minutos antes de desaparecer. Llegaron más confirmaciones incluso desde Bélgica.
Los efectos de este lanzamiento de misil balístico M51 también fueron observados desde Italia, en dirección oeste, durante algunos minutos hacia las 19.20 horas (hora central europea): una especie de bola luminosa blanquecina de tamaño notable, cuya luz luego se apagó por completo. Los horarios de los informes varían desde las 19.00 hasta las 19.30, algunos incluso hasta las 20.00 horas. Cientos de informes llegaron desde Piamonte, Lombardía, Liguria, Emilia Romagna, Véneto, la Toscana y parte de Cerdeña (algunos lugares a más de 1.000 km del lugar de lanzamiento). ). La gente se volvió loca en las redes sociales, informando sobre la aparición y provocando discusiones. Numerosos mensajes también en Facebook, por ejemplo en el grupo de Facebook “Tornado in Italia”, que se ocupa de la meteorología y los fenómenos extremos. El avistamiento fue inmortalizado por decenas de testigos con sus móviles, y también lo grabaron algunas webcam fijas. Las imágenes se compartieron inmediatamente en la web.
Algunos periódicos online escribieron erróneamente que el fenómeno fue detectado también en la provincia de Roma y en la zona de Castelli Romani – un error debido a la localización incorrecta de un vídeo de una webcam – inmediatamente difundido en la red – tomado del observatorio astronómico Monte Romano (Rectius Monteromano) que, a pesar del nombre, no se encuentra en Lazio sino en la provincia de Rávena, en los Apeninos entre la Toscana y Emilia.
Esta aparición, también por su aspecto espectacular e inesperado, brinda la oportunidad de pensar cómo vivieron el acontecimiento los testigos, y comparar consideraciones, reacciones y tratamiento mediático con fenómenos similares ocurridos en años pasados, en particular con el fenómeno luminoso observado desde Italia la tarde del 21 de marzo de 1989.
Casi al mismo tiempo que el caso de 2023, cientos de personas en todo el norte de Italia observaron hacia el oeste un resplandor en el cielo, seguido de un rayo de luz blanco y rojo que se transformó en una gran nube irregular que se disolvió lentamente después de casi media hora. Se realizaron muy pocas imágenes (sólo fotos, no vídeos) en comparación con las docenas que obtuvimos en 2023. En 1989, los diarios italianos cubrieron ampliamente el inusual evento celeste del día siguiente, dando la misma importancia a las hipótesis tanto de misiles como de ovnis en sus titulares. El 23 de marzo se publicaron aún más artículos, con titulares de cuatro y seis columnas, así como de página completa. La explicación oficial del Ministerio de Defensa francés no llegó hasta el día siguiente: se trataba del lanzamiento de un misil balístico S-3, desde el mismo polígono de Biscarrosse.
Sin embargo, en este caso. Francia no había notificado a las naciones vecinas antes del lanzamiento, lo que generó tensiones con Italia. Antes de dar la explicación, se plantearon numerosas teorías: la explosión de la central nuclear francesa Superphenix, una aurora boreal o el lanzamiento de un cohete. Muchos creyeron que se trataba de un OVNI, y algunos incluso pensaron en un “signo celestial” relacionado con las apariciones de la Virgen María. Otro caso interesante es el de un avión de British Island Airways que volaba de Malta a Londres y sobrevolaba Cerdeña hacia las 19.00 horas de esa misma tarde. Sin previo aviso, los pasajeros salieron despedidos de sus asientos cuando el piloto se vio obligado a realizar una maniobra brusca para evitar chocar con un objeto brillante y multicolor que apareció repentinamente en su camino. Y los periódicos sensacionalistas ingleses hicieron su agosto con esa historia.
Análisis
Analicemos ahora las diferencias con el último episodio del 18 de noviembre de 2023. La noticia fue recogida por numerosos periódicos online, pero completamente ignorada por los periódicos en la edición impresa, hasta el punto de que algunos incluso se sorprendieron de que ningún informativo televisivo hablara de ello. él. A diferencia de la vez anterior, el lanzamiento se anunció con antelación en los sitios correspondientes. Por ejemplo, ya el 2 de noviembre, el blog de la estación holandesa de seguimiento por satélite SatTrackCam Leiden escribió sobre “una próxima prueba francesa del M51 SLBM que se lanzará desde la prueba de misiles DGA cerca de Biscarrosse. Han aparecido dos avisos de navegación que informan de la prueba, con una horquilla temporal que va del 16 de noviembre al 1 de diciembre, y una horaria (18:00-23:59 UTC)”.
En cuanto a las interpretaciones, algunas fuentes tempranas vincularon la aparición con el lanzamiento (fallido) del cohete Starship de Space X, que tuvo lugar esa misma tarde en Texas, o con las inusuales auroras boreales observadas en el centro y norte de Italia unas noches antes (5 de noviembre). Alguien también pensó en una nube iridiscente (observada esos mismos días desde varios lugares de Italia) o en la luna detrás de las nubes, pero pronto notó que el cielo nocturno sin luna estaba despejado. Algunos (muy pocos) ufólogos propensos a tendencias conspiranoicas, se negaron a aceptar la explicación del misil balístico exigiendo conocer la hora exacta del lanzamiento y el motivo del mismo. Algunas personas, una vez llegada la explicación sobre el misil, criticaron a Francia por el lanzamiento, preocupadas por un aumento de las tensiones internacionales pero también por una posible contaminación ambiental.
Curiosamente, aunque los medios continuaron destacando que “mucha gente pensaba en ovnis y extraterrestres”, esto no se refleja en los testimonios visuales de primera mano. Las opiniones fueron mucho más “neutrales” que las de episodios similares del pasado. ¿Ha cambiado algo? Probablemente sea así, si se compara con el pasado. De hecho, al menos en Italia, a pesar de que seguimos hablando de OVNIs o UAP (la definición de moda más reciente), el tema tiene menos interés periodístico. Tanto es así que los informes sobre supuestos avistamientos de ovnis han disminuido considerablemente. Por otro lado, el caso “M51” demuestra que, si aparece un fenómeno luminoso anómalo en el cielo, incluso de duración relativamente corta, muchas personas tomarán fotografías y grabarán vídeos, a diferencia de lo que podría haber ocurrido hace años.
Finalmente, una anécdota reveladora: dos semanas después del lanzamiento del M51, el 4 de diciembre, un usuario que se había registrado dos días antes publicó un post en un grupo OVNI de Facebook con 1264 miembros, acompañado de dos fotografías: “Buenas tardes. Hace un par de noches apareció en el cielo esta luz, primero pequeña luego haciéndose enorme y poco a poco se fue apagando; definitivamente no es la luna porque se podía ver desde el lado opuesto, el cielo estaba despejado de nubes, con la luna y las estrellas claramente visibles. ¿Qué podría ser?» Las fotos y el informe seguramente se refieren al lanzamiento del M51, pero la respuesta de un administrador del grupo fue: “Gracias por compartir… Mucha gente de todas las regiones lo ha visto… pero no sabría decir qué era. …”
Medios de comunicación social
Los fenómenos celestes inusuales, a menudo resultantes de lanzamientos de misiles con fines militares o científicos, han sido confundidos sistemáticamente con ovnis en todo el mundo desde principios de los años 1960. Si bien estos sucesos son poco frecuentes, es posible que la gente se haya acostumbrado un poco a ellos. Como resultado, cuando son testigos de tales eventos, es posible que ya no los asocien con ovnis.
Los acontecimientos recientes vuelven a poner de relieve que, en la mayoría de los casos, los testigos demuestran ser fiables al relatar lo que observaron, dejando de lado sus interpretaciones. Las plataformas de redes sociales también desempeñan un papel importante a la hora de proporcionar explicaciones inmediatas y reducir la ambigüedad en torno a dichas experiencias.
Traducido del inglés por Jaime Servera
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